Son depurativas, purifican la sangre y ayudan a eliminar los
deshechos del organismo por lo que son muy adecuadas para casos de gota y artritis.
También son útiles en caso de
estreñimiento y como tonificantes en casos de debilidad, convalecencia de
enfermedades, anemia, o falta de apetito.
Con las hojas de fresa silvestre se puede preparar té. Los frutos también
pueden formar parte de zumos y batidos.
Las hojas y las raíces se emplean en diversas inflamaciones bucales y
de la garganta, como faringitis, gingivitis y estomatitis.
También se emplean para tratar grietas de la
piel en forma de cataplasma y en infusión para el estreñimiento y
afecciones digestivas.
Los frutos se recogen cuando están bien maduros. Las hojas para uso
medicinal se recogen en verano, cuando la planta está en flor.
Las
raíces se recolectan en primavera o en otoño.
La fresa se emplea desde muy antiguo con fines cosméticos, al parecer
con buenos resultados. Se emplea para aclarar las pecas, limpiar y
suavizar la piel. También se aplican sobre quemaduras solares leves.
Se
pueden usar las fresas machacadas y aplicadas sobre la piel a modo de
cataplasma, o también se puede emplear una loción de leche de fresas.
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